La globalización se ha venido generando desde la década de los 80, trayendo en sí un proceso de integración entre los países, lo cual nos ha llevado a una transformación caracterizada por los avances tecnológicos, transnacionalización de las actividades humanas, implantación de valores universales, entre otros. Se podría decir que a partir de allí se fue dando un proceso de crecimiento y cambio estructural que persigue mejorar el bienestar económico, social, y cultural de poblaciones concretas, estimulando de esta manera el crecimiento de las empresas en los mercados internacionales. Dicho crecimiento se da de manera positiva o negativa, todo depende de la combinación interna de los recursos humanos, materiales, institucionales y especialmente culturales, dando de esta forma lo que hoy conocemos como desarrollo local, éste desarrollo no necesariamente se da en la grandes ciudades solamente. En este sentido juega un papel muy importante el desarrollo de las empresas familiares debido a sus redes personales y empresariales con los agentes del entorno. Dichas empresas cuando son realmente sólidas se dice que generan un 75% del PIB y emplean a más del 85% de la población, esto a nivel mundial. En nuestra ciudad (Mérida) para ser más específicos predomina la participación del sector servicios con un 30% del PIB, seguida de la producción agrícola con un 23% del producto estatal; así como un 14% de este aporte proveniente de la actividad comercial, siendo estos tres sectores los que en Mérida apuntalan la economía del Estado. Es decir debemos tomar conciencia del gran papel que juegan dichas empresas en nuestra sociedad y del gran desarrollo al que contribuyen.
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